miércoles, 11 de julio de 2012

Lirio Celeste

Había una vez en un lugar muy lejano un bosque lleno de hadas de todos colores y de belleza inimaginable que  brillaban como el diamante mas bello.
cierta vez un joven que pasaba por allí alejado de todos  los caminos se fue adentrando mas y mas e el bosque hasta que llego al lugar que las hadas habitaban; sorprendido de ver tanta belleza quiso conocer a las hadas pero e el momento que se dieron cuenta de la presencia del joven se convirtieron solo en pequeños destellos de luz, como pequeñas luciérnagas.
- Por que me temen, yo no quiero lastimarlas solo quiero ser su amigo por que me sorprendió su inigualable belleza.
Ninguna de ellas quiso hablarle a excepción de una, el hada mas juguetona y amable.  Dejo de ser una luz y regreso a su forma habitual.
-Hola se dirigió al joven.  ¿como te llamas?.
el joven se sorprendió mucho y le contesto con la voz entre cortada por la emoción  
- mi nombre es Javier, ¿y tu como te llamas?.
- Lirio, por que de uno, hace ya mucho tiempo que nací.  ¿que haces aquí tan lejos de todos los caminos?.
- Sabia que en el bosque algo bello encontraría, algo que me devolviera la fe.
- El hada se sonrojo pero siguió platicando con el.
-¿Por que las demás hadas me temen y tu no?- que se vio rodeado de las hadas que se escondían tras las hojas y flores pero muy atentas a lo que el joven hablaba.
-Es muy simple, rara vez vemos a criaturas como tu, y es que cada vez que aparece alguien como tu intenta capturarnos y llevarnos lejos de acá y mantenernos cautivas en envases como si fuéramos algún tipo de insectos.  Yo huy de uno hace muy poco  tiempo pero no he perdido la fe de que hay humanos que no son malos y tu dime ¿quiere meternos en frascos como insectos?.
-de ninguna manera, yo jamas podría hacer eso ya que no soy un hada pero comprendo de que no es muy bonito estar encerrado, ya que he pasado lo mismo, me tenían encerrado trabajando día y noche y precisamente hoy escape y algo me decía dentro de mi que acá en el bosque encontraría refugio.
-Verdad que es triste estar encerrad, a mi la persona que me tenia cautiva me hacia cantar día y noche hasta que me quede sin voz, se aburrió de mi y me dejo encerrada y se olvido de mi, así fue como logre escapar.
-Como quisiera ser así de pequeño, como tu para que aunque me buscaran no me encontraran jamas y convertirme en un pequeño destello de luz.
La pequeña hada le pidió que esperara y voló hasta la copa del árbol mas alto, el joven se quedo muy impresionado de verla volar, viendo como sus alas daban destellos de luz de todos colores como jamas había visto.
al momento siguiente bajo y se dirijo al joven y le dijo -¿Estas seguro de querer ser como nosotros?, ¿no extrañaras nada de lo que dejas atrás?.
El joven sorprendido contesto -¿como podría ser eso posible?.
-En esa copa de el árbol que acabo de ir viven mi padre, el es el rey de las hadas y junto con mi madre a los que les he contado tu historia, me han dado permiso, si es que estas seguro, de hacerte como nosotros.
-Claro que si!-  respondió sin pensarlo, no tengo a nadie en el mundo que se preocupe por mi, ya que no tengo  ni madre ni padre tampoco hermanos.  Entonces el hada recogió polen de su flor, la flor de la cual había nacido, un bello lirio celeste, lo roció sobre el joven y al instante lo cubrió un brillo de colores como un arco iris y al irse apagando el brillo, fue apareciendo una pequeña figura.  Era el joven, ya con alas de bellos colores en ese momento todas las hadas salieron de sus escondites y lo recibieron como si hubiera sido parte de la familia desde siempre y también  su pequeña amiga lo recibió, claro ahora ya no le parecía tan pequeña ya que eran del mismo diminuto tamaño.
El hada le dijo -Ahora si nadie podrá encontrarte y podremos seguir siendo amigos, ya no tendrás que preocuparte de nada. El hada le enseño a como volar y utilizar bien sus alas, el joven aprendió rápidamente y así volaron sobre flores y arboles junto a las demás hadas, conservando su amistad como un tesoro.